Al volante del nuevo Toledo



Diseñado en común con Skoda para ahorrar costes, el Toledo (con 4,48 metros de largo) responde fielmente al concepto de la primera generación de este modelo.
Es decir, una berlina de tres cuerpos, con una buena habitabilidad y un gran maletero a un precio razonable en la que la calidad, de construcción, o de rodadura, pasan a un segundo nivel.
No quiere decir esto que sean malas si no que, por poner un ejemplo sin salir de la marca española, están por debajo del nivel (muy alto, se apunta) que el cliente podrá encontrar en el nuevo León.
Y la clave de ello es que un gran número de los Toledo, o de los Skoda Rapid, o del Astra Sedán, tendrán como destinos mercados emergentes, como el ruso, con clientes no tan exigentes a esos niveles.

Formas angulosas, proporcionadas

Exteriormente, las líneas, angulosas, responden al estilo de los nuevos Seat y, aunque sobre gustos no hay nada escrito, parecen más atractivas que las de su hermano el Skoda Rapid, interiormente igual. Al haber sido diseñado desde el principio como un tres cuerpos, y no como una variante de carrocería, se ha logrado que tenga unas formas proporcionadas.
Respecto a la primera generación, esta entrega tiene una ventaja importante: la entrada y la salida de las plazas posteriores es mejor porque existe más hueco entre el pilar central y el borde del asiento. Asimismo, con una batalla de 2,60 metros, hay un buen espacio para las piernas de los ocupantes que, incluso siendo de tallas elevadas, no rozan con el techo.
Eso sí, el coche es relativamente estrecho, por lo que un quinto ocupante (el de la plaza central trasera) viajará muy incómodo.

Un maletero enorme

El hueco para equipajes, con 550 litros, es muy grande, además siempre queda la posibilidad de incrementar su capacidad hasta casi el triple abatiendo el asiento posterior. El respaldo del asiento posterior viene fraccionado en partes asimétricas 60/40 y, según versiones, el respaldo de la plaza central trasera se convierte en un apoyabrazos con huecos portabebidas que se comunica con la zona de equipajes para transportar objetos largos, como unos esquies.
Todas estas características deberían ser del gusto de un nuevo grupo de compradores que necesitan coches amplios pero que son muy sensibles al precio. Una bolsa de clientes que se antojan más conservadores y no tan jóvenes como la media de los que tiene la marca, pero a los que necesita imperiosamente. Por ejemplo, de las dos primeras y exitosas generaciones del Toledo se vendieron más de 860.000 unidades. Luego, llegó la tercera entrega, aquel pseudomonovolumen inspirado en el Renault Vel Satis y... el olvido.
Esos compradores aceptarán, sin duda, que en el interior, los plásticos sean duros, lo que no quita que su acabado sea bueno.De todas formas, en este coche, los compradores españoles, que gustan de interiores obscuros, saldrán ganando pues en ellos se nota menos que los materiales son más baratos que quienes escojan colores claros.
La toma de contacto se hizo con una unidad de la versión equipada con elmotor de 1,2 litros de gasolina con 105 caballos del que hay que decir que mueve el coche con agilidad pese a estar ocupado por tres adultos y su equipaje. El cambio, de seis marchas, este bien adaptado al coche y permite prestaciones suficientemente brillantes y consumos relativamente bajos.

Ruidoso, pero confortable

La insonorización es suficiente, pero no perfecta. Sobre todo en lo que se refiere a los ruidos de rodadura. Sin embargo hay que decir que el comportamiento, pese a un eje trasero sencillo, similar al que empleó el Toledo de primera generación, es bueno, lo mismo que su confort.
Hablando de confort, los asientos delanteros resultan un poco blandos, lo que en largos recorridos puede hacerlos incómodos.Algo que habrá que verificar en una prueba de mayor duración.
En general, el Toledo ofrece más de lo que se esperaba. Es un coche razonable cuyos precios son ajustados. Van de 13.990 euros del 1.2 litros de gasolina con 75 caballos, a los 22.150 euros del 1,4 litros TSI de 122 caballos con cambio automático. La versión diésel está en 19.400 euros del 1,6 litros de 105 caballos. Más adelante aparecerá una variante de 90 caballos.
El equipamiento de serie mínimo supone contar con seis airbags, control de estabilidad y tracción,ABS, anclajes Isofix con seguridad adicional Top Tether, sistema de mantenimiento variable, cierre centralizado o elevalunas eléctricos delanteros.
Fuente: El mundo